La Policía detiene a un pederasta que entró en España en el asalto a la valla de Ceuta
El detenido es un joven marroquí, solicitante de asilo, y que fue denunciado por su propio entorno, que le daba cobijo en el Barrio del Príncipe
Una persona vio en su teléfono vídeos de contenido sexual en los que aparecía el individuo con menores de edad y llamó a la Policía
Un marroquí llegado a Ceuta durante la invasión y acogido por una familia, a prisión por pederastia
El problema de lo que sucedió en Ceuta el pasado mes de mayo, cuando miles de personas se acercaron a la parte marroquí de la playa del Tarajal para saltar masivamente la frontera con Ceuta, no fue tanto la llegada masiva de inmigrantes ilegales, sino que nadie supo nunca a ciencia cierta quién estaba entrando realmente en territorio español. En aquellas fechas la Policía se afanaba en tratar de identificar al mayor número de personas, conscientes de que muchas redes criminales, sobre todo terroristas, aprovechan esos momentos de desconcierto para colar a los suyos. Hubo suerte y se identificaron a decenas de personas con perfil de interés para los investigadores. Otros sin embargo entraron por debajo del radar, como el presunto pederasta que ha pasado seis meses oculto en Ceuta después de saltar la valla en mayo. A uno de ellos se le acaba de detener y lo que hay tras su detención impresiona.
A finales del mes pasado la Policía Nacional acudió a una llamada al popular Barrio del Príncipe de Ceuta. La denuncia era muy seria ya que hablaba de episodios de acoso y abusos sexuales mediando menores de edad. El protagonista de la historia, vamos, el denunciado, era un joven marroquí que llevaba menos de medio año en la ciudad autónoma. Había entrado entre los 12.000 inmigrantes ilegales que según fuentes del gobierno ceutí fueron los que asaltaron la valla de la ciudad autónoma en diferentes oleadas durante 24 horas desde el 17 de mayo.
Al tiempo que el Ministerio del Interior reforzaba la presencia policial en el vallado y el de Defensa lo ayudaba aportando presencia militar, algunas organizaciones civiles de la ciudad se movilizaron para tratar de ayudar a aquellos inmigrantes que lograban saltar la valla y zafarse del control policial para poder entrar libremente hasta las calles de Ceuta. En el Barrio del Príncipe fueron muchas las familias que trataron de ayudar y acoger a varias de estas personas, entre ella el protagonista de esta historia, un joven marroquí de apariencia inofensiva.
Llamadas de índole sexual
El tiempo pasó, la situación se calmó, y el joven, acogido por una familia ceutí, pudo gestionar su solicitud de asilo para no ser devuelto a Marruecos. Todo parecía ir bien hasta que un día comenzaron a sucederse una serie de preocupantes acontecimientos. Varias mujeres ceutíes comenzaron a recibir llamadas telefónicas anónimas de índole sexual. Una de ellas identificó a la persona que estaba al otro lado de la línea. Sí, se trataba del chico acogido por la familia en el Príncipe.
La mujer llegó a verse con el chico para encararse con él y reprocharle las llamadas, pero él, aparentemente de forma muy convincente, negó la mayor desde el principio de la conversación. Tan seguro quería parecer de lo que decía que llegó a ofrecerle a la mujer que le pedía explicaciones que revisara su teléfono móvil para cerciorarse que él no la había llamado. Fue un fatal error. Quién sabe si por el nerviosismo de quien se sabe cazado o por un simple despiste, el joven entró en el menú multimedia de su dispositivo y reprodujo un archivo de vídeo que dejó helada a la mujer con la que discutía. Fuentes policiales han descrito a OKDIARIO el contenido del vídeo. Baste decir que en el mismo podía verse al joven marroquí y a una niña.
Cuando la Policía llegó al lugar ya eran varias las personas que se arremolinaban escandalizadas por el vídeo descubierto. Los agentes pidieron calma, recogieron testimonios y vieron que en el terminal había otros vídeos de carácter sexual en los que los protagonistas eran menores de edad. Sobraban motivos para detener al joven marroquí, quien ahora ya está en la cárcel acusado de posesión y elaboración de pornografía infantil además de abusos sexuales a menores. La investigación tratará de averiguar ahora donde y cuando fueron grabados esos vídeos no solamente para tratar e identificar a las presuntas víctimas y ofrecerles que denuncien al joven, sino para poder trazar un mapa de lo que el sospechoso ha podido hacer en Ceuta desde que llegó saltando la frontera desde Marruecos el pasado mes de mayo.